27 abril 2007

STOP! In the name of love


Una chica en bicicleta, parada en el semáforo, vio que yo estaba sacando esta foto. Miró hacia arriba, y vio que la luz roja era, en realidad, un corazón Quizás había pasado cientos de veces al lado sin darse cuenta. Se dio la vuelta y, asintiendo con la cabeza, me lanzó una sonrisa cariñosa.

Párate, detén el ritmo frenético del tren de tu vida, y mira con atención, porque puedes dejar escapar algo que nunca volverás a ver.

20 abril 2007

Mi bosque

Un ogro monstruoso, más grande que siete casas, llegó al bosque, para acabar con las hadas. Quería arrojar tierra sobre sus alas para que no pudieran volar nunca más. Pretendía aplastar a los gnomos, espachurrar a los elfos, bajar el volumen del Sol, mandar la Luna a Marte, y robar los sueños de los erizos y de las ardillas, para matar la imaginación y las ilusiones. Decidí que tenía que luchar con él, aunque sólo tenía un escudo hecho con una sartén, y una espada de madera. Pero era mejor luchar, que quedarse aletargado el resto de mi vida.

Cuando el ogro me vio, tan pequeño, se echó a reír con tanta fuerza que se atragantó. Hizo un ruido tremendo al desplomarse contra el suelo, y su alma se fue al infierno de los malos.

Hoy hemos convertido su cuerpo en un parque de atracciones. Las hadas ríen felices en el túnel del amor que hemos cavado por debajo de su cabeza, los gnomos se deslizan por la montaña rusa de su barrigón, los elfos organizan visitas desde otros bosques, así tienen descuento, el Sol brilla como nunca y la Luna guía a los que se extravían por la zona. Los erizos y las ardillas pasan las noches soñando, y yo, con la sartén, he preparado una buena cena para ti (siempre habrá una buena cena para ti). La madera de mi espada arde en la chimenea.

Ven, ven a mi bosque, estás invitada, y aquí, no hay ogros.

05 abril 2007

Breve historia de amor

Un tren eléctrico salió del sur, dirección norte, mientras una locomotora se despedía del norte, camino del sur. Circulaban por vías paralelas. En un punto incalculable (por mucho que se empeñen los maestros de enseñanza primaria en intentar hacernos creer que es posible conocer el lugar exacto), se cruzaron. El flechazo fue instantáneo. "¿Te vienes conmigo? Voy hacia el norte" "No puedo, vengo de allí, y voy hacia el sur". El encuentro fue tan breve que no tuvieron tiempo para ponerse de acuerdo, porque la vida transcurre muy deprisa en el mundo de los trenes.

Años después, Locomotora vivía sus últimos días en una vía muerta, cuando llegó, viejito y cansado, Tren Eléctrico. Quisieron decirse lo mucho que se querían, y que la vida, separados, había sido tediosa, sin más aliciente que ver las vacas a su paso. Se miraron, y una chispita chispeó, antes de cerrar sus ojos para siempre.