Vidrio y Papel
Basado en una historia real
Foto: Juanjo
Al subir la cuesta, los dos contenedores parlanchines aprovecharon para contemplar su silueta, que desaparecía a saltitos hacia un nuevo día. Se subió al coche verde, que arrancó cariñosamente, con una sonrisa dibujada en sus faros.
Foto: Juanjo
Cerca de su portal, hay dos contenedores de vidrio y papel que la ven pasar todos los días. A veces hablan, a veces les oigo... Esta historia ocurrió hace muy poco.
Vidrio: Qué calor hace hoy, ni siquiera tengo una jarra de agua fresca.
Papel: El abanico que he improvisado con cuatro cartones sólo sirve para remover el aire caliente.
Vidrio: Mira, creo que la he visto por la ventana.
Papel: No lo creo, aún es pronto y anoche estuvo leyendo el periódico hasta muy tarde.
Vidrio: Si tuviera unos prismáticos, podría verla de cerca.
Papel: Yo estoy cansado de esperar, voy a pasar a la acción: le estoy escribiendo un cuaderno de historietas.
Vidrio: ¿Y si la invito a tomar un buen vino? Tengo alguna botella.
Papel: Cuando pienso que las ramas de ese árbol están tan cerca de su terraza que una ardilla podría subir a verla todos los días...
Vidrio: Sí, qué suerte. Estoy pensando... si el vidrio procede de la arena, cuando está en la playa, es como si estuviera conmigo.
Papel: En cierto modo, pero no olvides que cuando sale a correr por el bosque, está rodeada de árboles, millones y millones de hojas potenciales en las que algún día, alguien le escribirá cuentos, papel que se convertirá en historia.
Vidrio: Tienes razón, además no tenemos nada que hacer. He oído que van a traer un contenedor de reciclado de envases de plástico.
Papel: ¿Plástico? ¡Qué aberración! Eso no es natural, no creo que a ella le guste.
Vidrio: Ya, pero es amarillo, moderno, actual, los clásicos como tú y como yo tenemos los días contados.
Papel: Sí...los días contados...
Ella apareció, guapísima, por cierto, y se acercó de repente a los dos contenedores, que se quedaron callados y quietos. Tiró una botella en el de vidrio, pero se detuvo antes a releer la etiqueta, como si quisiera memorizar la cosecha, debía ser un buen recuerdo. A continuación, tiró un par de periódicos viejos que venían de lejos. Sonrió al mirar las fechas, cosas suyas.
Vidrio: Qué calor hace hoy, ni siquiera tengo una jarra de agua fresca.
Papel: El abanico que he improvisado con cuatro cartones sólo sirve para remover el aire caliente.
Vidrio: Mira, creo que la he visto por la ventana.
Papel: No lo creo, aún es pronto y anoche estuvo leyendo el periódico hasta muy tarde.
Vidrio: Si tuviera unos prismáticos, podría verla de cerca.
Papel: Yo estoy cansado de esperar, voy a pasar a la acción: le estoy escribiendo un cuaderno de historietas.
Vidrio: ¿Y si la invito a tomar un buen vino? Tengo alguna botella.
Papel: Cuando pienso que las ramas de ese árbol están tan cerca de su terraza que una ardilla podría subir a verla todos los días...
Vidrio: Sí, qué suerte. Estoy pensando... si el vidrio procede de la arena, cuando está en la playa, es como si estuviera conmigo.
Papel: En cierto modo, pero no olvides que cuando sale a correr por el bosque, está rodeada de árboles, millones y millones de hojas potenciales en las que algún día, alguien le escribirá cuentos, papel que se convertirá en historia.
Vidrio: Tienes razón, además no tenemos nada que hacer. He oído que van a traer un contenedor de reciclado de envases de plástico.
Papel: ¿Plástico? ¡Qué aberración! Eso no es natural, no creo que a ella le guste.
Vidrio: Ya, pero es amarillo, moderno, actual, los clásicos como tú y como yo tenemos los días contados.
Papel: Sí...los días contados...
Ella apareció, guapísima, por cierto, y se acercó de repente a los dos contenedores, que se quedaron callados y quietos. Tiró una botella en el de vidrio, pero se detuvo antes a releer la etiqueta, como si quisiera memorizar la cosecha, debía ser un buen recuerdo. A continuación, tiró un par de periódicos viejos que venían de lejos. Sonrió al mirar las fechas, cosas suyas.
Al subir la cuesta, los dos contenedores parlanchines aprovecharon para contemplar su silueta, que desaparecía a saltitos hacia un nuevo día. Se subió al coche verde, que arrancó cariñosamente, con una sonrisa dibujada en sus faros.
13 Comments:
Jajaja, muy tierna y conmovedora esta historia!!
Besos
Jo...que chulo te ha quedado el relato...me gusto mucho!!
Un bikiño y buen inicio de semana:D
Me encanta como escribes, nose, tus palabras despiden Amor en mayusculas, tu mudo sonido es a la vez travieso e inocente, serio y gracioso... es perfecto.
Enhorabuena :)
Un besito y gracias por venir a verme.
Pe
Me apuesto algo a que a Disney le gustaría la escena....
que dulce!!!! Casi lo hevisto como un corto de animación...Es que los amores platónicos se dan en cualquier parte...
Abrazos
tout simplement magique...
un saludo
Curiosa y graciosa la historia. Plástico no podrá contra Papel y Vidrio... (esther tiene razón, parece una película de Disney)
Un saludo
que lindo es a veces que las cosas piensen por ti, suelen pensar mejor que uno mismo.
Vaya creactividad la tuya eh!... muy buena...
Gracias por visitarme corazón.
Besos.
No puedo imaginarme como puede ser una sombra quien escriba estas historias llenas de amor, quien tiene el corazón llenito así ebulle de color...
Cuando llegue Plastico seré de las primeras en alejarlo del barrio, besos
leerte y no emocionarme es totalmente imposible.. besos grandes grandes
Realmente muy bonita la historia, tiene mucha ternura.
Un beso y gracias por tus comentarios
con la cabeza un poco hacia el lado derecho de mi hombre... digo: "hayyy.. qué tierrrnooo...mmmm!!!"
qué lindo relato
Besitos desde CHile
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